...esperando que el avivamiento de 1909 deje de ser sólo un recuerdo, y ¡¡sea una realidad hoy!!

miércoles, 9 de enero de 2008

La moda del barro.

No quisiera ser majadero, pero es evidente que en estos momentos toda la Iglesia Evangélica Pentecostal está en un enfrentamiento interno atroz de ideas, donde las plumas vuelan, y las palabras ligeras llegan a los bordes de la grosería, y la moda es atreverse a decir con toda la libertad posible toda la rabia que se tiene acumulada, actitud por lo demás muy propia del destape cultural que está viviendo nuestro país.

Durante 100 años hemos vivido dirigidos como autómatas obedeciendo lo que las autoridades decían, y hoy, nos queremos sacar el poncho de encima porque nos pesa demasiado. Y que mejor que hacerlo deshinibidamente, atreviéndonos a tratar a pastores y hermanos como si todos fueran los peores ladrones de la tierra... típica actitud del chileno "no pensante" que quiere resolverlo todo a golpes.

¿Qué va a pasar, el día que se acabe la corrupción en la IEP, con todos aquellos que atropelladoramente han lanzado todo tipo de improperios a diestra y a siniestra? ¿a qué blanco se van a dirigir para descargar su reprimida libertad de opinión?

Hermanos, los chilenos somos quizás el único país del mundo que ha demostrado absorver todo sin filtrar nada, y como resultado tenemos una cultura light, hueca y vacía. Y en estos momentos, los comentarios emitidos por hermanos de nuestra iglesia en distintos medios de difusión en internet, están demostrando que en los 10, 20 o 50 años que llevan en el evangelio no han aprendido nada del amor, de la templanza y del dominio propio.

Es tiempo de mirar hacia atrás y ver qué hemos logrado como hermanos en Cristo. Aquellos que más despotrican contra todo el mundo, son quienes menos han comprendido la importancia de mirar a Cristo, y no a los hombres.

Digamos las cosas como son: la administración de la IEP está viciada. Los mecanismos de autocontrol que deberían regular las gestiones de las autoridades (Cuerpo de Presbíteros, Comisión de Disciplina y otros) han sido burlados reiteradamente, y la autoridad ha sido restringida a unas pocas personas. Estamos ante una situación crítica e insostenible. En eso creo que una gran mayoría estamos de acuerdo.

Sin embargo, todo lo anterior ¿nos autoriza a tratar a los que otrora fueron grandes siervos de Dios como vil ladrones? Está bien que debemos decir la verdad, está bien que debemos denunciar los hechos ilícitos. Pero en todo orden de cosas hay formas y formas de decir lo que pensamos.

Si hasta hace dos meses atrás nadie dijo nada, excepto dos o tres en todo el país, no vengamos ahora a criticar a los presbíteros de no haber hecho nada. Nosotros somos los primeros responsables por haber callado todo este tiempo. Y en vez de desgastar nuestros esfuerzos apuntando a otros, mejor dediquémonos a decidir qué es lo que nosotros debemos hacer para que esto no vuelva a ocurrir nunca más. ¿Acaso los futuros pastores y superintendentes de la IEP no están entre nosotros? ¿No será que tú, lector, que estás leyendo puedes ser el futuro superintendente de la iglesia? ¿y qué harás cuando llegue ese momento? ¿construirás tu ministerio sobre los defectos de los demás, o sobre las fortalezas tuyas?

Hermanos ¡¡NOSOTROS SOMOS LA IEP!!, no los presbíteros, ni el Superintendente. Nosotros somos la esposa de Cristo, y nosotros tenemos el deber de edificarnos y crecer. Y hoy tenemos el deber de reconstruir nuestra IEP. No mirar a los otros como lo hacen, ya que hasta ahora lo han hecho mal. Así que una vez más, y ya que está de moda el barro: ¿qué tal si en vez de tirarnos el barro a la cara lo usamos para construir murallas?.

Este espacio no es para contar maravillas de la IEP, ni para mostrar la cara bonita, como equivocadamente me escribió un hermano en un comentario. Es para decir la verdad, y construir un futuro mejor. Y ese futuro parte por nosotros. Entiéndanlo de una vez... ya pasó el momento de las críticas, ahora es el momento del análisis. Hoy es el momento de pensar, cosa que a la mayoría no le gusta hacer, porque es más fácil decir necedades a través de los comentarios de un blog, además de que tiene mejor rating.

Aquí y en este espacio, desafío a todos aquellos que les gusta el chisme y la crítica a que sean capaces de hacerme llegar una propuesta concreta de cómo se debería conducir la IEP para tener una administración equilibrada, sana, transparente y espiritualmente edificante. ¿Cómo saben que a lo mejor la solución está en sus manos?

El Cristiano Primitivo