...esperando que el avivamiento de 1909 deje de ser sólo un recuerdo, y ¡¡sea una realidad hoy!!

lunes, 14 de enero de 2008

Oportunidad en la crisis.

En las grandes crisis, es necesario leer bien, las razones de fondo de éstas. Cuáles son los comienzos, cuál fue el primer antecedente de esa crisis; no comienza de la noche a la mañana, sino que es la sumatoria de una serie de acontecimientos en el tiempo que se van concatenando, y que en algún momento explotan, y tienen consecuencias insospechadas en la vida de las personas y organizaciones.

Una crisis supone oportunidades. Por tal motivo, pienso que el momento que estamos viviendo como Iglesia Evangélica Pentecostal, nos abre una gran oportunidad, de repensar la Iglesia en la que estamos. Y con mucha humildad, hacer planteamientos en orden a hacer una reingeniería de la organización en que participamos. Sabiendo que estamos en una iglesia de Dios, que está en busca de la perfección, y que no es perfecta, pero que puede mejorar. Y ese debe ser nuestro aporte.

¿Cómo a partir de una crisis, que nos da una oportunidad gigante de hacer cambios en la dirección correcta, podemos hacer esos cambios?.

La Biblia dice que en la multitud de consejeros está la sabiduría. Tal vez si todos humildemente nos inclinamos ante nuestro Dios, El nos revele cómo podemos mejorar en todos los ámbitos como organización espiritual. Cómo ser mejores en el ministerio espiritual, y cómo ser mejores también en la administración de los recursos materiales que también son parte de la Iglesia de Dios.

Los apóstoles de la iglesia primitiva, en algún momento, se dieron cuenta que ellos habían sido llamados a predicar la Palabra de Dios, entendieron que su ministerio era espiritual, y encargaron la atención de las mesas también a hombres de Dios, que se les eligió para esa función específica. De esa manera los apóstoles se dedicaron al servicio a Dios, que es la comisión principal, de “Id por el mundo y predicad el evangelio a toda criatura y el que creyere y fuere bautizado este será salvo, más el que no creyere será condenado”.

El motivo de este artículo no es hacer planteamientos específicos en cuanto a qué cambios se deben implementar en la organización en que estamos, sino, hacer una invitación a generar cambios, es una oportunidad histórica, se nos ha abierto una coyuntura única y que no debemos desaprovechar.

Gabriel García Márquez.